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Este blog ha ido tomando su forma...creo que ahora ya sé lo que es. Aquí soltaré de todo pero, sobre todo, fotografías. O eso creo.
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viernes, 15 de enero de 2010
Pero ya murió...
POCAS COSAS
En este mundo hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle a uno la vida
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas
me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas
pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve
para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo...
Mario Benedetti
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Benedetti, Benedetti, Benedetti...Murió hace ya unos cuantos meses, casi un año. Quizá haya sido el último gran poeta sudamericano; aunque estén también Gonzalo Rojas o Pacheco. Siempre mantendré el trato que hicimos una noche sus versos y mis ripios; ese trato lo hicimos contando hasta dos -y no-, hasta diez -y no- hasta cinco -y no-; lo hicimos ambos mirando a la luna, al exilio y al amor.
ResponderEliminarMe ha encantado encontrarme con este poema -también con la foto (sonrisa)-.
P.D.: ¿sabes una cosa? Benedetti también hizo un trato contigo; lo hizo tranquilo y, sobre todo, nada definitivo.
El comentario de arriba me recuerda a cuando Mestre (el último nacional de poesía, de Villafranca, es increíblemente poético, en cursiva, al menos de los pocos con los que he tenido el contacto que se suele tener con ellos, una mezcla de fervor, fascinación, desconfianza, desconcierto y vale de adjetivos que maten la cosa) estuvo el curso pasado en el Paraninfo, con su acordeón. Y que nos habló de Nicanor Parra y Gonzalo Rojas, que no se llevan nada bien; no he leído a ninguno de los dos, pero la forma anecdótica de narrar me trae siempre la cara en el lomo del dorso del libro en la biblioteca pública del hombre joven que fue Nicanor Parra. También estuvo, y este curso además, Pacheco, pero no fui a verlo...
ResponderEliminarVolviendo a Benedetti, no sé en qué momento concreto contacté con él (una primera oída, en la E.S.O. cuando una profesora nos menciona "Primavera con una esquina rota", y dice que es tierno o algo similar). Es la forma de que la gente que no cree ni lee poesía la lea. Es tan pequeño y tan sencillo y tan noble... yo ahora "me recuerdo" del "Corazón coraza" (dioses, debería contarte cosas) y "Chau número tres".
Sigo desconcertada, pero te escribiré. Cuidate y siento no haberte firmado antes, no quería romper el encanto de bucear por aquí y pensar lo que escrito es tan vulgar y prescindible, pero ciertamente necesario. Un abrazo.
(Alicia)
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